Las discusiones en pareja son una parte normal en la relación, después de todo, no se puede esperar que dos personas estén de acuerdo en todo, todo el tiempo. Aprender a manejar el conflicto, en lugar de evitarlo, es crucial. Cuando el conflicto es mal administrado, puede causar mucho daño a una relación, pero cuando se maneja de una manera respetuosa y positiva, el conflicto ofrece una oportunidad para fortalecer el vínculo entre dos personas. A continuación se presentan algunas habilidades para la resolución de conflictos:
- Escuchar lo que la otra persona siente al igual de lo que está diciendo. Cuando escuchamos nos conectamos más profundamente a nuestras propias necesidades y emociones y a las de otras personas. Escuchar también nos fortalece, nos informa y hace más fácil para que otros nos escuchen cuando es nuestro turno de hablar.
- Tener como prioridad “resolver los conflictos en lugar de ganar” o “estar en lo correcto”. El mantener y fortalecer las relaciones, en lugar de “ganar” la discusión, debe ser siempre su primera prioridad. Ser respetuoso con la otra persona y su punto de vista.
- Enfóquese en el presente. Si usted se aferra a rencores y a resentimientos pasados, su capacidad para ver la realidad de la situación se deteriorará. En lugar de mirar al pasado y culpar a otros, enfóquese en lo que puede hacer en el “ahora mismo” para solucionar el problema.
- Esté dispuesto a perdonar. Resolver el conflicto es imposible si no está dispuesto o no puede perdonar. La resolución se encuentra en dejar el impulso de castigar, que nunca puede compensar las pérdidas y solo añade al dolor desgastando y drenando su estado físico y emocional.
- Saber cuándo hay que dejar ir. Si usted no puede llegar a un acuerdo, esté de acuerdo en no estar de acuerdo. Se necesitan dos personas para mantener una discusión andando. Si un conflicto no va a ninguna parte, puede optar por retirarse y seguir adelante.
Recuerde: las discusiones en pareja son una parte normal en la relación. Le puedo ayudar.